Abel González Florencia ha construido una carrera de 13 años en el network marketing enfocándose en la ambición y la humanidad. Su historia no es la de un éxito instantáneo, es un viaje marcado por decisiones audaces, aprendizajes constantes y la firme creencia de que los sueños se conquistan con acción. Aquí te la contamos de principio a fin:
El Inicio: vocación y oportunidad
Abel siempre sintió que su vocación eran las ventas. Antes de entrar en el network marketing, ya era un empresario con experiencia, pero algo faltaba.
La chispa que encendió su camino llegó gracias a su hermana, quien le compartió la historia del exdueño de la imprenta más grande de Latinoamérica: un hombre que, gracias a este modelo, ganaba más que con su antigua empresa con 2000 empleados. El momento que lo cambio todo ocurrió en un evento masivo. Al ver a personas comunes alcanzar resultados extraordinarios, pensó: “Si ellos pueden, yo también”. Ese día, decidió apostar por la industria, no como un “plan B”, sino como una oportunidad para redefinir su vida.
El primer obstáculo fue interno: el miedo al qué dirán.
Su primer gran miedo al iniciar dentro del Network Marketing fue el que dirán. Sin embargo, si bien su esposa inicialmente no apoyó su decisión, respetó su elección. Con el tiempo, la familia se convirtió en su ancla, heredando valores clave: su padre le enseñó a soñar sin límites, y su madre, a apoyar con lealtad. Eso, junto con su mentalidad de “cuando tomas una decisión no paras hasta alcanzar la meta”, fueron el impulso que necesitaba para superar la incertidumbre inicial.

Filosofía de liderazgo
Para Abel, el liderazgo se construye con humildad y trabajo en equipo. Su rutina incluye libros, seminarios y rodearse de personas más exitosas que él. Reconoce que mejorar sus debilidades, como la organización, ha sido clave.
Define el éxito como “pequeñas victorias progresivas”. Para él, el verdadero triunfo está en mantener la disciplina, incluso cuando los resultados tardan.
Hoy, su equipo suma 200 personas en México, Canadá, EE. UU., España y otros países. Busca dos cualidades en sus colaboradores: hambre de éxito y disposición para aprender. Su metodología incluye entrenamientos semanales y mentorías con líderes experimentados.
Legado y sueños pendientes
Su filosofía de vida se resume en una frase: “Convierte tus sueños en obsesiones”. Aunque ya ha logrado más de lo que imaginó, asegura que sigue trabajando por sus sueños. En el futuro, ve una industria más profesionalizada y en crecimiento constante.
Abel González no vende ilusiones, sino resultados basados en esfuerzo. Su equilibrio entre ambición y realismo lo convierte en un referente para quienes buscan éxito sin atajos.
Con una mirada hacia el futuro y los pies firmes en el presente, Abel sigue escribiendo su legado: una historia de transformación, no solo para él, sino para quienes creen en el poder de persistir.