En el mundo en el que vivimos el éxito suele medirse en cifras y títulos. Sin embargo, Sabato desafía todo paradigma. Desde su posición como Diamante en Xpro, una de las compañías más innovadoras del sector, lidera un ejército de más de 110,000 personas repartidas en rincones y países que ni siquiera ha pisado.
Pero detrás de estas cifras impresionantes hay una historia que comienza con un despido, una depresión y una pregunta desgarradora: ¿Cómo reconstruir una vida desde cero?
Lo que hoy lo define no son los números, sino su filosofía inquebrantable: el éxito no se mide en dinero, sino en las sonrisas que ayudas a crear. Para Sabato, cada abrazo de gratitud, cada testimonio de superación en su equipo y cada legado que construye son su verdadera moneda de cambio.
Esta es la historia de un hombre que convirtió la traición corporativa en un imperio de esperanza, y la soledad, en una familia global unida por un mismo sueño: reinventarse sin límites.
De ejecutivo corporativo a visionario del Network Marketing
Antes de convertirse en un referente global del Network Marketing, Sabato era la personificación del ejecutivo corporativo. Con una carrera ascendente en multinacionales de telefonía, banca, seguros e incluso en consultoría para transiciones generacionales de empresas, su vida parecía encaminada hacia un futuro predecible: ascensos periódicos, trajes impecables y reuniones en torres de cristal.
“Pensé que sería gerente o ejecutivo de por vida”
Para él, el éxito corporativo era un camino seguro, hasta que el destino le tendió una emboscada. El año 2015 marcó un antes y un después. Una decisión empresarial fría, un despido masivo motivado por la crisis económica, lo dejó en la calle.
“Me sentí traicionado por la compañía a la que entregué todo”
La caída no fue solo laboral: una depresión profunda lo sumergió en lo que describe como “abismo de increíble depresión”. Pero en ese fondo, surgió una chispa de rebeldía. “Era mi última oportunidad. No podía perder, no quería perder”.
El 6 de diciembre de 2015 se convirtió en su día de reinvención. Con apenas sus experiencias y una determinación férrea, decidió emprender en el Network Marketing, un sector que, para muchos, parecía incompatible con su trayectoria.
“Mi familia de origen y amigos, todos me aconsejaron en contra de la red y me repetían que para personas como yo era como rebajarse demasiado”
Su exesposa, su círculo íntimo e incluso voces internas le advirtieron que era un error. Pero Sabato, terco en su fe por un futuro mejor, ignoró el ruido. Lo que siguió fue una travesía solitaria, alimentada por el sueño de ser su propio jefe y construir un legado imposible de arrebatarle.
Sus años en corporaciones le enseñaron disciplina; su dolor, resiliencia. Y así, el mismo hombre que alguna vez firmó contratos millonarios en oficinas de lujo, comenzó a explicar el poder de la duplicación y a abrazar las redes sociales, armado solo de sinceridad y una misión: “Nadie volvería a despedirme”.
Filosofía de liderazgo
El enfoque de Sabato se sostiene sobre cuatro pilares irrenunciables, forjados en valores pulidos dentro del Network Marketing. Estos son:
- Integridad y lealtad
La brújula moral no se negocia. Influenciado por las enseñanzas de sus abuelos y padres, aprendió que las decisiones difíciles siempre tienen un norte: lo correcto sobre lo conveniente.
“Cuando tenía que elegir entre una opción fácil y una honesta, mis valores me mostraban el camino”.
Este principio lo llevó a priorizar la transparencia en un sector a veces opaco, creando equipos donde la lealtad no es una exigencia, sino un resultado natural de la confianza.
- Liderazgo inspirador
“El verdadero valor de un líder, sin embargo, radica en su capacidad de potenciar a cada miembro de su equipo, reconociendo su papel esencial y el impacto que tienen en el logro de los objetivos”.
Con esto en mente, Sabato afirma que el secreto reside en transformar la pasión individual en una misión compartida. Su estrategia es clara: motivar mediante ejemplos, celebrar cada pequeña victoria y recordar a su equipo que su contribución, por mínima que parezca, es vital para metas mayores.
- Éxito compartido
Mientras muchos miden su triunfo en cifras, Para él, alcanzar la cima del ranking corporativo sin tener a alguien a tu lado es “triste y mezquino”.
Su mayor orgullo no son sus más de 110,000 colaboradores, sino las transformaciones que han vivido: “Sus sonrisas son mi dinero invaluable”, confiesa.
Su enfoque único ha sido indispensable
Nuestro protagonista revolucionó el Network Marketing aplicando una fórmula inusual: profesionalizar lo amateur. “Tomé el punto débil del sector —la falta de mentalidad ganadora— y lo convertí en ventaja”, revela.
Introdujo métodos corporativos en un entorno acostumbrado a la informalidad. ¿El resultado? Un equipo que opera con la precisión de una multinacional, pero con el corazón de una familia.
Su historia no solo es una de reinvención profesional, sino de transformación íntima. Un hombre que, desde la sombra de la introversión, aprendió a brillar en el escenario global del Network Marketing.
Sabato no nació con el carisma de un líder. “Era una persona muy introvertida y amante de la privacidad. Luego, por supuesto, tuve que aprender a explicar el poder de esta industria”, admite.
Pero cuando el Network Marketing lo desafió a comunicar su visión, decidió convertir sus debilidades en fortalezas. Aprendió a dominar las redes sociales no como herramientas de venta, sino como puentes para conectar historias.
Hoy, sus charlas inspiradoras en eventos internacionales son testimonio de que la valentía se construye paso a paso.
Mente de estudiante
En la visión de Sabato, el éxito no es un destino, sino un viaje de curiosidad infinita. “Me mantengo actualizado asistiendo a un número cada vez mayor de eventos del sector, leyendo libros y viendo videos, porque nunca se deja de aprender”, asegura.
Fracaso como aliado
“El fracaso es necesario. Solo aprendemos cuando cometemos errores”, repite como un mantra. Y es que él no romantiza el tropiezo, pero sí lo dignifica. Incluso hoy, con un equipo de más de 110,000 personas, celebra los errores de sus colaboradores:
“Si el fracaso te bloqueara, solo significaría una cosa: que lo que buscabas no era tan importante”
De zapatos rotos a sueños cumplidos
“Hace nueve años, ni siquiera podía comprarles zapatos nuevos a mis hijos”, recuerda. Hoy, no solo provee para su familia, sino que les ha entregado algo más valioso: opciones.
Sus hijos de 15 y 14 años crecen en un entorno donde los límites los ponen ellos mismos. Este giro radical es el testimonio vivo de que el Network Marketing, ejecutado con ética y método, puede reescribir destinos.
Lo más extraordinario del imperio de Sabato es su universalidad. Su red de más de 110,000 personas se extiende por todo el mundo, pasando por países que él mismo no ha visitado.
Consejos para emprendedores: Los 3 Elementos
En el Network Marketing, nuestro protagonista no cree en atajos, pero sí en fórmulas infalibles. Tras años de ensayo, error y triunfo, condensó su sabiduría en tres pilares esenciales, sus tres elementos esenciales.
1. Compañía con liderazgo sólido
Una empresa sin líderes visionarios y éticos está condenada al fracaso. Su consejo es claro: investiga, pregunta y asegúrate de que los líderes tengan historias reales de transformación, no solo discursos vacíos.
2. Producto que el mundo necesita
Aquí, Sabato es contundente: “No busques lo que te gusta; busca lo que el mundo requiere”. Rechaza la zona de confort y apuesta por soluciones innovadoras. Si el producto no resuelve un problema real, por más que lo promociones, será humo.
3. Mentor con éxito comprobado
Su recomendación: busca a alguien que haya llevado a miles al éxito, no a quien solo presume logros personales. Y una vez encontrado, “cópialo, no lo imites. Confía en su sistema”. Sabato siguió este principio al pie de la letra, modelando estrategias de referentes como Eric Worre, pero adaptándolas a su esencia.
Metas profesionales: Escalando hacia nuevos horizontes
Sabato no se detiene, en septiembre de 2024, compartió con su equipo un plan audaz: 20 nuevos Diamantes para 2026.
Y para sí mismo, tiene un desafío mayor: alcanzar la “última Spilla” —el máximo rango en su compañía— antes de 2027. Luego de eso, planea estar 3 meses para viajando por el mundo.