En el mundo del network marketing, hay historias que motivan, hay trayectorias que enseñan, y hay líderes que marcan un antes y un después. La historia de Alejo Ojeda es una mezcla poderosa de las tres.
Es el testimonio vivo de que, aun después de una caída, se puede volver más fuerte. De que los valores, la visión y el trabajo duro son más potentes que cualquier fórmula mágica. Y de que, en esta industria, no se trata solo de dinero, sino de trascendencia. Aquí te contamos su historia:
¿Cómo fueron sus inicios dentro de la industria?
Los inicios de Alejo en el network marketing se remontan a hace más de diez años, cuando comenzó en una empresa de café en Colombia. Su entusiasmo fue inmediato. Pero no pasó mucho tiempo antes de darse cuenta de que el negocio tenía limitaciones geográficas, especialmente en una época donde lo digital empezaba a cobrar fuerza.
Fue ahí cuando su visión se expandió al ver que el network marketing no era solo una empresa, sino un mundo entero de posibilidades. Descubrió Forex, el mundo cripto, y se lanzó al universo digital. Fue en el año 2014 cuando esa nueva etapa arrancó. Junto a su equipo, escaló rápidamente, consolidando una organización de más de 20.000 personas.
Sin embargo, no todo fue color de rosa. A pesar de generar más de 1.000 o 1.500 dólares diarios, la empresa en la que estaban depositadas todas sus ilusiones cerró. Alejo lo describe como una “desilusión muy grande” que lo golpeó profundamente. “La carga moral me dio durísimo”, confesó.
Desde ese entonces se alejó de la industria y así fue por muchos años. Para él, el network marketing había terminado. Se dedicó por completo al trading y, aunque le iba bien financieramente, sentía que algo faltaba. La abundancia financiera no llenaba su vacío de conexión humana: “Nada más aburrido que irte a Cancún sin tus amigos”, expresó.
El regreso: un amor a segunda vista
Fue en 2024 cuando Brandon y Natalia “Nata” García lo invitaron a escuchar una propuesta diferente que cambiaría el rumbo de su vida. Lo que iba a ser un almuerzo rápido, se extendió hasta las seis de la mañana del día siguiente. Lo más sorprendente es que no hablaron de negocios sino hasta las cuatro. Durante todas esas horas hablaban de la vida.
Ese encuentro lo marcó. “No siempre tienes la fortuna de sentarte con un millonario. Yo quería exprimir toda la sabiduría de Brandon”, recuerda Alejo. Más allá de los números o las hojas llenas de ideas que Brandon escribía sin parar, lo que lo convenció fue su energía, su tranquilidad, su visión de trascendencia.
Así fue como Alejo decidió volver a la industria, esta vez con Holdex, cuando aún no existía ni siquiera un back office. Todo estaba en papel. Pero algo le decía que era el momento. “Es la oportunidad de encontrar un vehículo donde nosotros sí podemos trascender y cambiar nuestras vidas.”
Sin pasión, no hay recompensa
Aunque al principio se propuso mantenerse “frío”, sin enamorarse del proyecto, rápidamente se dio cuenta de algo: no puedes pretender que una empresa te dé un millón de dólares si tú no le das tu pasión. Así pues, se entregó por completo al proceso y se convirtió en uno de los primeros diamantes de la compañía.
Pero lo hizo desde tres pilares muy claros: su familia, sus tres hijas, su equipo y su paz. Alejo entendió que crecer no se trata solo de dinero, sino de estar en paz: mental, emocional y espiritualmente. “El trading es un mundo muy volátil, y yo decidí primar mi tranquilidad antes que una ganancia económica”, explicó.

Del trading al liderazgo colectivo
Aunque no ha dejado completamente el trading, sigue monitoreando mercados y noticias, ahora lo vive de una forma mucho más tranquila. Ya no es su fuente principal de ingresos. Lo que aprendió de ese mundo lo aplica hoy al liderazgo: la importancia de la mentalidad, de mantener la calma, de entender que el crecimiento es más profundo que una simple operación financiera.
“El trading me ayudó mucho a cambiar ciertos hábitos. Pero en el network marketing no creces solo. Para crecer, tu gente también tiene que crecer”, asegura.
Esa visión lo llevó a enfocarse no en firmar personas, sino en formarlas. Cree firmemente que la industria necesita un nuevo liderazgo, con personas que lleguen limpias, sin mañas, con verdad. “Hay gente que ya nadie quiere firmar porque pasaron de pirámide en pirámide. Se quemaron. Pasó su cuarto de hora”, afirma con franqueza.
Holdex: una oportunidad con propósito
Alejo es claro: lo que lo atrajo de Holdex no fue una promesa de rendimientos mágicos, sino la visión de personas como Brandon y Omar, que ya tienen el dinero, pero buscan dejar un legado.
Ellos han diseñado un plan de compensación para la empresa que, según sus propias palabras, “es antipiramideros”. Las personas que solo buscan dinero rápido no encuentran cabida. Y eso, para él, es una señal de salud.
Para Alejo, Holdex está apenas comenzando. Cree que los próximos cinco a siete años serán determinantes. “Este momento no va a volver a pasar. Si no lo aprovechas ahora, lo vas a lamentar”, advierte. Y lo dice con la claridad de alguien que ya vivió las dos caras de la moneda.

Una visión que trasciende empresas
En su conversación con Network Stars, Alejo subraya que el verdadero activo de un líder es su comunidad. Que una empresa puede cambiar de producto, de nombre, incluso cerrar, pero si tu comunidad está contigo, puedes volver a empezar. “Cuando una empresa cierra y los líderes hacen otra empresa como si nada, lo más doloroso es haber perdido a su gente”, relata.
Hoy, Alejo vive agradecido. Agradecido con la industria que le dio una segunda oportunidad. Con Holdex, que le devolvió la fe. Y con su equipo, que se convirtió en familia. “Cuando te caes, es más fácil levantarte en equipo”, finaliza.